Tu CV no eres tú, sino 'simplemente' un escueto resumen de tu experiencia laboral, donde sintetizas tu pasado y mencionas apenas brevemente tu presente. Te obliga a empaquetar tu identidad profesional en una hoja, lo que no te permite demostrar tus capacidades y especialmente tu potencial, sino sólo mostrar parte de lo que has hecho. Y sobre esas carencias, el reclutador toma una decisión sobre tu futuro profesional...
Fuente CC: Oscar Cortés |
Ya sabéis los que me seguís habitualmente que no soy un creyente de la filosofía del CV, al menos en su concepción actual. Se trata de un documento formal y reconocido tanto por candidatos como por reclutadores, que ha sido integrado en las normas del juego de los procesos de selección, como herramienta que sirve de interfaz entre ambos, y mediante el cual la empresa determina en apenas unos segundos (si es que llega a leerlo) si el perfil de la persona puede encajar con la vacante disponible.
Dudo mucho del futuro del CV a largo plazo, por lo menos tal y como está planteado ahora mismo. Por tratarse de una herramienta necesaria (ya que los reclutadores de alguna manera tienen que acceder al perfil del candidato), seguirá usándose aún durante mucho tiempo. Ahora bien, el que sea un mecanismo plenamente aceptado, no significa que resulte efectivo, al contrario. El desequilibrio entre oferta y demanda impide un uso razonable y ágil de dicho CV, al cual se le dedican apenas unos segundos (si no es eliminado directamente por los filtros automáticos puestos a disposición de las empresas en los portales de empleo), por lo que es imposible que un reclutador pueda conocer lo suficientemente bien a cada candidato. Bien por una falta de actualización en el CV, por algún defecto de forma, por un despiste del reclutador, por falta de un CV correctamente elaborado, por existir lagunas temporales provocadas por un desempleo temporal, ..., el CV no transmite claramente el valor real de un profesional.
Mi visión sobre la tendencia futura del CV es mucho más amplia, y gira alrededor del perfil profesional. Este concepto unifica en un solo espacio, pasado y presente, permitiendo además demostrar las capacidades de los candidatos, así como su proyección futura. Ese perfil integra todo el ecosistema que gira alrededor de una determinada marca personal, facilitando su visibilidad y proyección, y transmite mucho más claramente una determinada propuesta de valor. Y todo ello, con el doble propósito de promocionar nuestra identidad profesional, así como el que los reclutadores 2.0 puedan conocer con mucha mayor profundidad a los candidatos en los que puedan estar interesados.
En definitiva, somos mucho más que lo que podemos proyectar en un CV actual, por lo que de lo que se trata es de cubrir las deficiencias que tiene ese CV, y solventarlas mediante la gestión consciente de nuestra marca personal. Porque lo importante no es lo que vales, sino lo que demuestras.
Hasta mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario