Encontrar empleo no es una cuestión de suerte, al contrario, es un esfuerzo que exige constancia e inteligencia para utilizar los distintos canales (on-line y off-line) de la forma adecuada, de tal forma que logren crearse las 'circunstancias' necesarias para que la 'suerte' exista.
Seamos realistas; a pesar de que las redes sociales (y los medios sociales en general) nos han abierto las puertas a nuevas posibilidades en las que confluyen las necesidades de los candidatos con la de los reclutadores, la norma casi 'general' es la de seguir usando las redes sociales al 'estilo antiguo'. Por poner un ejemplo, LinkedIn a menudo supone una mera extensión de un portal de empleo tradicional, lo que bajo mi opinión supone equivocar el objetivo y las posibilidades de una red profesional como aquella.
Y ese mayor alcance de posibilidades, en muchas ocasiones supone que los candidatos confunden la efectividad de su estrategia de búsqueda, con la mera acción encaminada a obtener una mayor visibilidad y notoriedad frente a los reclutadores, cuando lo que estos necesitan no es 'fuegos artificiales', sino profesionales que puedan demostrar sus competencias y habilidades.
Y esa 'demostración' de su valía profesional se lleva (o debería llevar) no mediante los tradicionales mecanismos basados en estrategias equivocadas de búsqueda de empleo al estilo de 'busco trabajo, gracias', sino más bien como un trabajo de fondo en el que la notoriedad se deja hasta cierto punto en un segundo plano.
Porque lo importante en este sentido, no es tanto el 'llamar la atención' sobre el CV propio y la trayectoria profesional de cada uno, sino más bien incidir y proyectar al exterior las capacidades profesionales de cada uno. Será esa proyección 'inteligente' de la identidad profesional, la que permitirá convertirse en una opción a tener en cuenta para los profesionales.
Obviamente, no quiero decir con esto que no haya que dejar de tratar de llamar la atención de esos reclutadores que son en definitiva necesarios para poder optar a las vacantes que se abran en cada momento. Esto sigue siendo fundamental como es lógico. Sin embargo, nunca se podrá construir y menos promocionar, una casa en la que sus cimientos no sean lo suficientemente sólidos.
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Fuente imagen CC: Fagundes
Hasta el lunes.
2 comentarios:
Hola Miguel, gracias por tu artículo.Te hago una pregunta,¿No es a base de esos reclutamientos,idas y venidas profesionales,apuestas por uno mismo a lo largo de la vida... lo que hace que los cimientos de una casa se vayan consolidando?Porque si no es así..como saber cuando uno está preparado para promocionar su casasi no es abase de la experiencia y el haberte ofrecido(promocionado)previamente?
Gracias Miguel,te leo siempre.
Un saludo.
Aurea
Leyendo este tipo de artículos a menudo parece que hoy en día, TODO TODO ha de hacerlo el desempleado.
Pero... ahora que hay miles de buenos profesionales, ¿no habrían los reclutadores demostrar su valía y elegir al mejor candidato en el menor tiempo posible sin que este último haya de estar lanzando cohetes artificiales mientras demuestra sus tremendas aptitudes e infinitos conocimientos haciendo el pino mientras luce impecable atuendo para el evento?
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