Desde que estoy en México trabajando, he pensado mucho sobre los objetivos que me había marcado para proyectar mi propia marca y hacerme un hueco en este mundillo profesional tan competitivo y difícil. Y especialmente en la presión que me ejercía a mí mismo para conseguir esos objetivos que sabía (y sé) perfectamente que sólo se van obteniendo en el largo plazo.
Y ambos factores, establecimiento de objetivos y autopresión para alcanzarlos en el menor tiempo posible, me ayudaron sin duda alguna a conseguir ciertos resultados de los que estoy muy orgulloso. Especialmente porque siempre he predicado que podemos usar la Red 2.0 para posicionarnos como profesionales de referencia en nuestra área, y aumentar las posibilidades de generar nuevas y mejores oportunidades profesionales. Y ello obviamente requiere la suficiente constancia y persistencia.
Sin embargo, ahora en mi nueva etapa profesional, con nuevos estímulos, proyectos y obligaciones, pienso constantemente en cómo reorientar esa presión que me he autoimpuesto durante tanto tiempo. Por supuesto no digo que hayan cambiado mis bases ni nada por el estilo. Sigo pensando que una vez encontrado un trabajo, es precisamente en ese momento donde hay que hacer un esfuerzo especial para seguir cuidando nuestra marca personal; aunque probablemente hay nuevos factores que nos obligan a hacerlo de una forma distinta.
Quiero decir con esto que hace apenas unos meses, y a pesar de que la marca personal es una carrera de fondo, sabía en el fondo que la consecución de resultados puede adelantarse en cierta forma siempre y cuando se realice un buen trabajo y se proyecte adecuadamente. Es decir, hay que generar la suficiente presión sobre uno mismo y sobre el mercado objetivo. Sin embargo, mi situación ahora mismo no me exige los mismos resultados, digamos que estoy 'reorientando' el cómo lo hago para seguir gestionando mi propia marca, para encontrar el equilibrio razonable que me permita seguir evolucionando.
Porque nuestra marca personal, aunque parezca obvio, va cambiando y se va redefiniendo con el tiempo. No pasa nada, siempre lo he dicho. Lo importante es seguir siempre un camino y ser conscientes de nuestras evolución. En cualquier momento nos pueden surgir nuevas situaciones (como puede ser una nueva oportunidad profesional), que nos hagan cambiar. Y eso no es malo, sino algo absolutamente natural. Lo que no debería ocurrir nunca sería olvidarnos de seguir gestionando la marca que proyectamos al exterior, y dejar de trabajar en ella conscientemente.
Por tanto, ¿qué ocurriría si no tuviéramos presión para conseguir nuestros objetivos?. El trabajar de una forma mucho más 'natural', casi como un hobbie, ¿nos ayuda o nos perjudica?, ¿cambia la percepción que tienen sobre nosotros?, ¿influye realmente el seguir manteniendo un blog con la suficiente constancia, sin obsesionarse tanto con el número de suscriptores?, ...
No tengo la respuesta, pero te aseguro que te iré contando.
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Hasta el lunes.
Fuente imagen CC: Angel Arcones
1 comentario:
La mejor presión es la que se genera en nuestra propia voluntad de conseguir nuestra metas. ësta misma nos anima a continuar una vez que ellos llegado a una estación por así denominarla.
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