Estar o no en las RRSS es siempre una decisión propia, aunque si pretendemos dejar nuestra rastro digital profesional usando los distintos medios sociales, es necesario tener en cuenta que estamos 'obligados' a tener una presencia sólida y coherente, que hable a nuestro favor y que no nos pueda condicionar negativamente nuestro futuro laboral, por desconocimiento o inconsciencia.
Fuente CC: Secretaría de movilidad de Medellín |
A alguien le puede sonar mal lo que digo sobre lo de que estar en la Red 2.0 nos genera obligaciones. Cada uno puede cogerlo por donde quiera y actuar en consecuencia, por supuesto. Ahora bien, si lo que se pretende en algún momento es invertir conscientemente en nuestra marca personal y generar oportunidades profesionales en el largo plazo, o incluso posicionarnos como profesionales de referencia en nuestra área y optar así con mayores 'garantías' a una posición para la que los reclutadores pueden ver nuestra actividad en la Red, es imprescindible saber que cualquier cosa que hagamos genera percepciones en los demás. Y si se trata de reclutadores que buscan información adicional sobre un candidato en el que pueden estar interesados, juzgarán lo que vean, para bien o para mal.
Y contra todos esos prejuicios en la Red, que sin duda alguna pueden pasarnos factura en el momento en el que más podamos necesitar encontrar un empleo, apenas podremos hacer nada, puesto que lo más seguro es que ni siquiera nos hayamos enterado de que pueden existir. El reclutador siempre ha querido conocer lo más posible al candidato, y esto no ha cambiado. La diferencia radica en que ahora tiene acceso a un enorme repositorio de información (la Red) en el que puede buscar cualquier dato que hayamos podido dejar, consciente o inconscientemente.
Y aquí es precisamente donde se encuentra la principal 'obligación' de un candidato en búsqueda de empleo, y es conocer perfectamente cuál es la huella que ha ido dejando en Internet, siendo consciente de si ello le puede generar alguna problemática, o por otra parte le beneficiará en un futuro proceso de selección. Todos esos contenidos que vamos dejando registrados constituyen en definitiva nuestra marca personal, lo cual será previsiblemente analizado por el reclutador correspondiente. Y sobre lo que vea, determinará si el candidato continua en el proceso, o por otra parte es automáticamente rechazado.
Y en todo esto, por si no fuera ya de por sí lo suficientemente difícil, nos encontramos con un uso mixto de la Red, tanto de manera personal como profesional. Porque en el aspecto profesional quizás podemos ser mucho más cautelosos, pero parece que en lo personal 'abrimos' un poco la mano. Sin embargo, no podemos olvidar que, si no hemos restringido convenientemente nuestro perfil personal, su acceso por terceros (en este caso reclutadores) puede condicionar, nos guste o no, nuestro futuro laboral. Porque me planteo si es realmente efectivo separar el perfil personal del profesional.
Por tanto, en esto del rastro digital que tanto puede decir sobre nuestra marca personal, lo mejor es prevenir antes que curar.
Hasta mañana.
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