Una marca personal no es nada sin contenidos. Cualquier estrategia de marketing de contenidos debe tener en cuenta la planificación, generación, producción y difusión de aquellos. Todas esas fases son muy importantes, aunque en un entorno de sobresaturación de contenidos (muchos de ellos de calidad), su transmisión adquiere una relevancia notable; y es aquí donde el título de las entradas de un blog juega un papel a menudo fundamental, al convertirse en la puerta de entrada a los contenidos. A pesar de ello, considero que su importancia es relativa cuando se trata de proyectar nuestra identidad profesional.
Mi maestro en esto del blogging (me formé con él) es Carlos Bravo. En su entrada "Deja de utilizar titulares 'cansinos' si no te interesa conseguir nuevos lectores", defiende con ahínco la validez y necesidad de seleccionar títulos que sean llamativos y que por tanto atraigan la atención de los lectores. El seleccionar un título sin tirón, puede significar tener un ratio bajo de lecturas.
No lo pongo en duda, y así se lo he expresado. A esta entrada que lees podría haberla llamado '4 razones por las que un título no es tan importante', 'el secreto de un buen título', o incluso 'cómo generar un título que aumente los lectores de tu blog'. Probablemente con cualquiera de esos reclamos se leería más esta entrada, ya que se trata de títulos llamativos y que sin duda atraerían más la atención que aquel que finalmente he decidido para este post.
Y no lo he hecho así por distinta razones. Primero, porque mi blog no contiene ninguna receta mágica sobre marca personal. Mi contenido está basado en reflexiones sobre lo que veo a mi alrededor, y a eso le aplico mi experiencia profesional para tener y expresar mi propia opinión. Trato de originar pensamientos enriquecedores que impulsen a los lectores a proyectar su marca personal con objetivos profesionales. Y para ello, no pretendo ofrecerles un contenido basado en listas de actividades que tienen que hacer. Probablemente en algún momento puntual sea necesario, pero trato de no convertirlo en un hábito.
En segundo lugar, trabajo para que mi marca personal pueda obtener con el tiempo unos atributos de calidad que distan mucho de convertirme en el 'profesional recta mágica'. Las listas de acciones a seguir, o de enumeración de razones para convencer sobre algo concreto, son mero texto que se transmite muy fácilmente en Internet, simplemente con un copy & paste. Quiero decir con esto que si me limitase a posicionarme con títulos atrayentes y listas de acciones a seguir, no me estaría identificando como el profesional de referencia que deseo. Al contrario, mis entradas son pura reflexión barnizada con sentido común (o por lo menos eso espero) y algo de experiencia propia. y para ello creo que es necesario desarrollar los contenidos mediante argumentos elaborados, lo mismo que podría hacer si estuviese dando una conferencia.
En tercer lugar, no me preocupa tanto la inmediatez en la lectura de cada post, sino especialmente el desarrollo de ideas sobre las temáticas de la marca personal y su relación con el empleo 2.0, que me permitan ir construyendo un rastro digital que le permita ver a cualquiera que esté interesado, cuál ha sido la evolución de los contenidos, y de esta manera poder aprovecharse en su propio interés. Y para ello, estoy dispuesto a correr el riesgo de no abusar (sí, reconozco que en ocasiones muy puntuales he llegado a usarlos) de los títulos - reclamo.
Y por último, mi blog no es mi marca personal, sino 'simplemente' un medio para poder proyectarla y crear un repositorio de conocimientos que se vaya acumulando formando un rastro digital lo más extenso posible.
Si te ha gustado esta entrada, te agradezco que la puedas compartir en tus redes.
Hasta mañana.
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