El anonimato
en la Red es un derecho de cualquier internauta, y
nunca se debería limitar por ningún Gobierno, estamento político o
compañía. Lo que no es un derecho, sino un abuso, es el uso que le dan
algunas personas para herir, insultar o provocar (conocidos como trolls.
Cada día se están tomando mayores medidas para contrarrestar la mala imagen que
se genera.
Fuente CC: Alfredo Miguel Romero |
Recientemente, el
Huffington Post ha decidido poner fin a los comentarios anónimos en su
plataforma. No es la primera medida que se toma sobre este asunto por parte
de grandes medios de comunicación, ya
hace varios años el New York Times y el Washington Post realizaron acciones
similares.
En cualquier caso, aplaudo ese tipo de medidas cuando se
trata de minimizar el impacto de indeseables que no aportan, sino que
destruyen. La Red, con la democratización de su uso al permitir el acceso a
cualquiera, nos ofrece unos niveles de participación sobre prácticamente
cualquier tema sobre el que queramos debatir, prácticamente ilimitados. Y eso
nos enriquece sin duda alguna, tanto a nivel personal como profesional. Ahora
bien, suele suceder que cuando un derecho se universaliza, se cometen
excesos y abusos por parte de personas que encuentran agujeros en el sistema,
y que soliviantan a la comunidad entera simplemente por el mero placer de
hacerlo. Y lo hacen parapetándose en el anonimato, con la seguridad de que no
serán descubiertos, por lo que creen que pueden hacer cualquier cosa sin sufrir
ningún tipo de consecuencia.
A menudo he hablado de que cuando las cosas son
demasiado fáciles, no les concedemos ningún tipo de valor. Y en la Red cada
día es todo más fácil: usamos sus recursos de forma gratuita (aunque
'lo gratis' nunca lo es realmente), conectamos
con personas sin ningún de objetivo aparente y apenas sin dificultad, creamos
perfiles en redes sociales en cuestión de minutos y sin revisar los detalles.
Y con los comentarios en la Red pasa exactamente lo mismo. Es muy sencillo
crearse un 'perfil' anónimo y lanzar cualquier barbaridad a golpe de teclado.
Esto, que en el mundo real costaría hacerlo un poco más, en la Red está a sólo
un golpe de click.
Ahora bien, estas formas de proceder absolutamente
injustificables, atentan contra el derecho que tiene cualquiera a tener
presencia activa en la Red, y que por cualquier motivo desea hacerlo sin
revelar su verdadera identidad. Esta actitud es perfectamente defendible y
respetable. Sin embargo, las medidas tomadas por los grandes medios de
comunicados mencionados arriba, no hacen sino vulnerar ese derecho,
haciendo que paguen justos por pecadores. Reconozco que puede llegar a ser
complicado moderar manualmente un gran volumen de comentarios en dichos medios
que tienen un gran poder de atracción de lectores, pero eso no justifica tales
acciones, puesto que para eso deberían utilizar convenientemente la
tecnología para cribar en la medida de lo posible aquellos que se consideren
inaceptables.
Con este blog me considero un auténtico afortunado, puesto
que los comentarios que se realizan son siempre muy respetuosos, y la mayoría
de las veces de una gran calidad. En cualquier caso, todavía me puedo permitir
el lujo (al tratarse de un blog aún 'manejable') de moderar los comentarios uno
a uno para decidir su publicación final o no (no obstante, publico el 99,9% de
los comentarios). Existen algunos lectores que dejan un comentario bajo
'anónimo', y reconozco que alguno de ellos tienen un conocimiento muy amplio
sobre las materias expuestas, lo que aporta una gran dinamicidad al debate.
En cualquier caso, si trabajas conscientemente en tu marca
personal, no
olvides que tener un perfil vacío es como estar en el anonimato.
Hasta mañana.
4 comentarios:
Pues como acaben desapareciendo, a mí me fastidiará.
Sinceramente, creo que no es el camino pero también es cierto que es muy complicado gestionar los comentarios cuando son muy numerosos y por lo que leo en la noticia que comentas "actualmente, indicó Gigaom, la website utiliza algoritmos avanzados para moderar los comentarios"(sic.). De todas formas, los motivos para funcionar como anónimo son muchos y variados (como debatimos con anterioridad en tu blog ;)) y es posible que pierdan comentarios y que el debate quede muy sesgado hacia posiciones moderadas. Supongo que habrá gente con un modo de pensar extremo (no es mi caso), que existen y existirán pero prefieran no ser identificados (por aquello de la huella digital), a quienes se perderá en estos debates lo que a su vez provocará que se siga tendiendo hacia el pensamiento único. Lo repito, porque el qué no estén no significa que no existan, y por mi parte prefiero que tengan visibilidad (aunque sea "anónima").
Por otro lado, me deja la sensación de que están mezclando las cosas, porque mete las amenazas y los hostigamientos contra tres colegas en twitter, y no se qué relación puede tener esto con los comentarios anónimos en el Huffington...
En fin, hacia allá vamos...
Saludos
MAD
Hola 'Anónimo (MAD', empiezas a ser una 'clásica' de este blog... 8:)
No estoy en contra de aquellos que decidís (como por ejemplo tú) no facilitar vuestra identidad. Tendrás tus motivos que lo justifiquen. Tu anonimato no me impide 'reconocer' tu estilo a la hora de publicar en este blog e intercambiar contigo nuestras opiniones; las tuyas las valoro especialmente porque se trata de comentarios cualificados y que aportan mucho valor.
Y eso me gusta sin duda alguna, sin suponer absolutamente ningún problema el poder comunicarnos. Otra cosa es que yo pueda preferir saber con quién estoy tratando, porque eso me (nos) puede aportar mucho más (seguimiento de su blog -si lo tiene-, participación en otros foros, ...). Pero es lo que hay y debemos respetarlo...
Dicho esto, e insistiendo en que el anonimato es un derecho de todos los internautas, te diré que hay varias formas de seguir manteniéndolo en aquellas plataformas donde se obligue a registrarse previamente, y es simplemente el proporcionar datos ficticios. De esta manera, uno se acoge a su derecho de mantener en el secreto su verdadera identidad, y de poder seguir aportando opiniones distintas. De esta manera, esos foros no perderán ningún tipo de aportaciones.
De lo que trataba la entrada era de evitar en la medida de lo posible a los trolls, y de minimizar su impacto y la mala imagen que producen.
Hola Miguel Ángel. Lo primero de todo, agradezco tus palabras. Empiezo a ser un clásico en el blog porque me resulta de interés y utilidad, aunque en ocasiones discrepe. El problema de los trolls no creo que se resuelva obligando a la gente a darse de alta a la hora de comentar en un periódico, como se puede apreciar en El País o El Mundo, con el número de comentarios eliminados que parecen en sus entradas y que en ocasiones incluso provocan las quejas de los lectores porque no entienden el motivo por el que borran sus mensajes, por no hablar de la prensa deportiva...donde entre madridistas, antis, barcelonistas, antis, alonsistas, antis, nadalistas, antis.... el trato suele ser provocador y no se evita aunque sea necesario registrarse. Igual soy un poco conspiranoico (reconozco que últimamente, antes no era así, y lo que comento no es en absoluto el motivo que me lleva a permanecer anónimo), pero el obligar a la gente a registrarse dota a los medios de un gran número de cuentas de correo (que pueden ser utilizadas por los usuarios o no, muchos tenemos cuentas solo para el sepan o para registrarnos en determinados sitios, por alejar la paja del grano) y de datos (que noticias les interesan, que publicidad clickan...) comercialmente muy interesante. Aunque gracias a las cookies ya nos llega la publi muy personalizada a nuestros equipos más habituales nos pueden hacer llegar esa publicidad personalizada si nos conectamos desde otro lugar distinto al habitual (lo que ni siquiera me parece mal, pero es una clara ventaja para el modelo de negocio que ha adoptado la prensa en el mundo digital y quizá lo único que haga viable su supervivencia).
Saludos
MAD
Hola 'Anónimo (MAD)'. Me encantan las discrepancias, de lo que se trata precisamente es de animar esto aportando visiones distintas. No es un problema, sino más bien una necesidad 8:)
Mi sensación es que, con lo que comentas respecto a los grandes medios, no tratan de evitar los comentarios ofensivos que no aportan sino que destruyen, sino de minimizar en la medida posible su impacto. La tecnología puede ayudar a ello. Y esto es más que nada una necesidad, ya que la moderación manual, con probablemente docenas y docenas de artículos en esos grandes medios, puede resultar gravoso en costes, tanto tiempo como esfuerzo.
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