Una marca personal es como la energía, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Y lo hace en un ciclo continuo en el que se establece una línea temporal que une nuestro pasado, presente y futuro. El no integrarlo adecuadamente puede conducir a una marca distorsionada que provoque percepciones erróneas.
Fuente CC: Fernando J. Toucedo Urban |
Hemos visto anteriormente que una marca personal no se puede crear, ya que cada uno de nosotros ya la tenemos, nos guste o no; forma parte de nuestra esencia, y la transmitimos (conscientemente o no) con cualquier interacción que llevamos a cabo en nuestro entorno. Por tanto, de lo que se trata es de gestionarla adecuadamente, y difundirla para crear percepciones de valor que jueguen a nuestro favor.
Bajo esta premisa de que la marca personal de cada uno ha existido siempre, y que ha ido evolucionando constantemente gracias a nuestras nuevas experiencias en la vida, debemos entender que no podemos inventarnos una nueva marca que suponga un cambio disruptivo sobre lo que ya hemos hecho en el pasado. Porque lo que hemos hecho anteriormente cuenta, y mucho: nuestra experiencia profesional, vivencias personales, red de contactos, ...; todo ello es lo que se ha concretado en lo que somos ahora. Y obviamente eso no se puede tirar por la borda.
Además, en cualquier proyecto de marca, es imprescindible conocer hacia dónde vamos, qué es lo que queremos hacer en nuestro futuro. Sin tener esto claro, podremos ir dando tumbos convirtiendo nuestra identidad en una moda pasajera que no 'cala' en la mente de los demás.
Ahora bien, he dejado nuestro presente para el final puesto que lo considero de la mayor importancia. Porque gracias a lo que hacemos y demostramos ahora, podemos tratar de modificar y reorientar las percepciones de lo que hemos hecho (o no hemos hecho) en nuestro pasado. Cambiarlo no será nada sencillo, pero si es necesario hacerlo, mejor hacer algo que no hacer nada. Además, las acciones del 'ahora' son con las que empezamos a gestionar nuestro futuro, sembrando ahora para recoger cuando lo más lo podamos necesitar.
En definitiva, es preciso que al trabajar conscientemente en nuestra marca personal, integremos lo que hemos hecho anteriormente, lo que hacemos ahora, y lo que querremos hacer en el futuro, para mostrar una imagen sólida y consistente de nuestra marca, sin presentar fisuras a la vista de los demás que nos pueda pasar factura cuando lo menos lo esperemos.
Hasta mañana.
2 comentarios:
A mi personalmente, no me costó hacer esta integración. Pero veo que hay personal a las que les resulta muy dificil. He encontrado algunos ejercicios en los libros de Tim Clark y Andrés Pérez Ortega. Durante la carrera de Psicología hice un seminario acerca de un instrumento que se llamaba pasaporte profesional. Sin embargo, no veo que se hable mucho de estas herramientas. Me pregunto por qué.
Hola Paloma. Lo desconozco. Tengo pendiente leer a alguno de los autores que mencionas, para que me de luz 8:)
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