Tengo muy clara la relación entre marca personal y la generación de empleo; soy un convencido de que el trabajo consciente en nuestras capacidades profesionales, difundiendo los contenidos que seamos capaces de generar ayudándonos de la Red, nos permitirá en el futuro incrementar las posibilidades de crear nuevas oportunidades profesionales a nuestro alrededor, dando argumentos de valor a terceros (quizás reclutadores) para convertirnos en la opción a tener en cuenta. No obstante, me encuentro a menudo con dos errores clásicos que confunden la relación existente entre marca y empleo.
Fuente CC: Roberto Zingales |
Por una parte, y debido al desconocimiento que se tiene de la marca personal (comprensible), se tiende a considerar que cuando alguien se queda sin empleo, debe invertir en su marca propia para reincorporase lo antes posible al mercado laboral. Error. Llamémoslo como queramos, pero no marca personal. Cuando esa persona posiblemente no ha invertido en sí misma durante años, limitándose a seguir la dinámica de trabajo impuesta por la organización para la que trabajaba, y sin definir y realizar una reflexión seria acerca de su identidad profesional, es decir, sin tratar de pensar a largo plazo, lo 'único' que puede hacer para encontrar trabajo lo antes posible es buscar de la forma tradicional; esto es, recurriendo a todos los canales a su alcance (portales, redes, contactos, ...) para localizar las ofertas que se ajusten a su perfil.
De nada le servirá empezar a trabajar su marca personal, si lo que pretende es un resultado rápido. La marca propia va mucho más allá, partiendo de nuestra esencia como personas y profesionales, y trabajarla posteriormente para generar contenidos de valor que generen percepciones positivas en los demás. Porque como digo siempre, el querer conseguir un resultado rápido, fruto de la desesperación o la urgencia, nunca es bueno. Por tanto, cuanto antes empecemos mejor.
Por otra parte, suelo comprobar que la marca personal se confunde con el uso indiscriminado de la tecnología. Las posibilidades indudables que nos proporcionan para conectar, comunicar y compartir, a menudo se ven como un fin, y no como el medio que son realmente.
En mi caso uso asiduamente aquellos canales que mejor me vienen para difundir mi proyecto (Youtube, Slideshare, Twitter, LinkedIn, Google+ y claro, este blog), pero de nada serviría ese esfuerzo realizado si no tuviera en cuenta cuál es mi objetivo, a quién me dirijo y dónde se encuentran, la estrategia a seguir y las temáticas en las que me he especializado. Sin esto en mente, el uso de dichas herramientas no sería más que un sinsentido carente de propósito, puesto que no tendría más camino que la difusión a diestro y siniestro de una marca personal que estaría ausente de contenido.
Existen más errores de asociación entre marca y empleo, aunque déjame que los vaya desarrollando en entradas posteriores.
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Hasta mañana.
2 comentarios:
Muy buen artículo Miguel Ángel. ¡¡¡Cuántas cosas aprendo contigo¡¡¡
Bueno Myriam, muchas gracias!. Te aseguro que yo aprendo mucho más de tu cercanía y profesionalidad, porque ambas no es frecuente verlas juntas.
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