Aunque medir una marca personal es imprescindible para poder valorar la consecución de resultados frente a los objetivos propuestos, se trata de algo muy complicado, ya que influyen tanto características cuantitativas como cualitativas, difíciles de analizar. Una de las más conocidas, y que miden nuestro nivel de 'influencia' en la Red, es Klout. Tiene tantos seguidores como detractores, aunque a mí de deja cada día más frío, llegando a decepcionarme.
Reconozco que se trata de una herramienta muy fácil de usar y que nos facilita nuestro índice de 'influencia' en tan sólo unos pocos minutos. De hecho, el resultado que nos proporciona no es un complejo cuadro de mando abierto a interpretaciones distintas, sino un sencillo dato numérico entre 1 y 100. La explicación de este número nos la da el propio fabricante: "The Klout Score is a number between 1-100 that represents your influence. The more influential you are, the higher your Klout Score" (la puntuación Klout es un número entre 1 y 100 que representa tu influencia. Cuanto más influyente eres, mayor será tu puntuación). Por otra parte, también nos da su definición de influencia: "Influence is the ability to drive action" (Influencia es la habilidad para provocar la acción).
Además, Klout nos proporciona algunas pistas sobre los conceptos clave por los que establece la puntuación final: "It's great to have lots of connections, but what really matters is how people engage with the content you create" (es fantástico tener muchas conexiones, pero lo que importa realmente es cuánta gente conecta con el contenido que creas), o "It isn’t about how much someone talks, but about how many people listen and respond" (no se trata de cuánto habla alguien, sino de cuánta gente escucha y responde).
Por tanto, de lo anterior se deduce que no se da tanta importancia al número de seguidores como a la reacción que produce el contenido que somos capaces de compartir.
¿Habéis visto al señor de la imagen de la entrada de hoy?. Reconozco que siento debilidad por este caso, mostrándolo en la mayoría de los talleres que imparto. Se trata de Carlos Slim, reconocido como uno de los personajes más ricos del mundo. Aparte de esto que puede parecer irrelevante, fijaos que tiene casi 235.000 seguidores (os aseguro que hace no muchas semanas eran unos cuantos miles menos), 2 a los que sigue (¿quiénes serán los 'afortunados'?), y lo más sorprendente de todo, 0 tweets... Sí, habéis visto / leído bien; no ha generado absolutamente ningún contenido desde que se abrió el perfil en Twitter, en Agosto de 2.009. Sin embargo, tiene un klout de 50, que a muchos les gustaría.
Esta situación me ha decepcionado mucho, puesto que la resta mucha credibilidad a un índice a los que prestaba cierta atención. Tenía mis dudas, puesto que tras leerme con atención su funcionamiento y forma de calcular la puntuación final (aunque la verdad es que no profundiza nada), llegaba a la conclusión de que es necesaria una actividad permanente y constante en las principales redes sociales, para no perder (o bajar considerablemente) el ratio conseguido.
Por tanto, si klout le da una influencia que considero 'relevante' a un señor cuya generación de contenidos en Twitter es nula, considero que no se trata de una medida digna de tenerse en cuenta para saber en qué situación se encuentra una marca personal, más allá de la mera notoriedad que dicha marca puede tener en un momento dado, y de la satisfacción en el ego que puede llegar a producir.
Hasta mañana.
6 comentarios:
¡¡Buenos días Miguel Ángel!! ¿No demuestra esto que una buena marca personal se crea offline? Aunque la online sea complementaria. Saludos.
Buenos días Gustavo. La marca personal se asocia a la persona, por lo que sin una correcta definición de objetivo, necesidades, estrategia, capacidades, ..., cualquiera intento de difusión en on-line no deja de ser más que intentar alcanzar una notoriedad sin base alguna.
Por eso, coincido contigo. La Web 2.0 es únicamente un medio (como hay otros) complementario para poder trabajar en la proyección de nuestra marca. Eso sí, puede traernos unos beneficios que multiplican nuestro alcance.
Y ahí es donde está el 'secreto'. La gestión de expectativas que hagamos en el on-line, debemos cumplirlas en el off-line.
Hola Miguel Angel,
El caso de Carlos Slim es curioso, sin duda, ¿como una persona sin actividad online ejerce influencia (o supuesta influencia" en las redes sociales?
Viendo el funcionamiento de Klout deduzco que la puntuación que ostenta (47 puntos actualmente) es debida a la cantidad de menciones que recibe.
Esto me hace pensar en que nuestra reputación online no és más que el reflejo de nuestras acciones en la vida real, lo queramos o no.
Un saludo y gracias por hacerme pensar ;-)
Hola Albert, gracias por tu comentario. El hecho de tener más de 200.000 seguidores estoy convencido que influye en su nivel de klout.
Como le dije a Gustavo, el on-line es una consecuencia del off-line. Si realmente no trabajamos bien este último, y demostramos aquí nuestras capacidades reales como profesionales, difícilmente el on-line nos ayudará, más allá de alcanzar cierta notoriedad.
Hola Miguel Angel:
Había leido algo sobre Klout pero lo cierto es que no me ha llamado la atención así que me has despejado una de mis grandes dudas.Tengo la sensación que, de la misma manera surgen redes sociales, también lo hacen herramientas para medir el nivel de influencia. Ahora, visto lo de Carlos Slim está claro que no podemos tomarlo como un índice de referencia.
¿realmente necesitamos poder medir nuestro nivel de influencia? ¿acaso no es el mejor medidor de influencia nuestra interacción diaria con los lectores, followers en las redes sociales?
Hola Isabel. La interacción directa que podamos tener con los seguidores que se interesan por nuestros contenidos es fundamental, tanto que si no existiera significaría que nadie mostraría interés por nosotros, por lo que nuestro nivel de influencia sería, digamos, 0.
Ahora bien, para medir dónde estamos y la percepción que originamos en los demás a través de nuestros contenidos, es necesario ir más allá, obteniendo datos no sólo subjetivos (como puede ser hasta cierto punto la interacción con followers), sino también objetivos.
A pesar del disgusto que me ha originado klout, tiene en su concepto algunas cosas que resultan interesantes (aunque también se debate mucho su utilidad real), como es la cantidad de reacciones que eres capaz de generar con el contenido que transmites.
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