El movimiento se demuestra andando; lo tengo tan claro que se ha llegado a convertir en mi proyecto de vida. La sociedad actual, especialmente en estos de profunda crisis transformación, nos anima, diríase que casi nos empuja a empezar a hacer, a emprender... Sin embargo, y a pesar de lo necesario que puede llegar a ser, mi sensación es que a veces nos ponemos a andar sin tener claro hacia dónde. Nota: te incluyo el audio de esta entrada.
Fuente CC: epSos .de |
Lo he dicho en varias ocasiones, al notar que habitualmente nos ponemos frenos a nosotros mismos, justificando nuestra falta de acción con numerosas excusas. Los resultados no se consiguen teniendo una actitud contemplativa y dejando nuestro futuro en manos del azar, sino tomando las riendas de nuestro futuro profesional.
Sin embargo, no quiero dejar pasar la ocasión sin decir que la falta de un propósito claro a menudo hace que la acción que llevemos a cabo sea completamente improductiva, y consiguiendo por lo general que lleguemos a pensar que nuestros esfuerzos han sido completamente en balde. Porque no sabíamos a dónde íbamos.
Porque 'pasar a la acción' no es fácil, especialmente cuando no sabemos por dónde empezar y además 'creemos' que nos va a suponer un gran esfuerzo. Cuando logramos dar el primer paso y vamos obteniendo pequeños resultados por el camino, la tarea se vuelve mucho más llevadera. Por eso pienso que lo que es realmente difícil no es la acción en sí, sino pensar previamente cuál es nuestro objetivo. Eso sí que nos da pereza. Es aquí donde se encuentra el gran peligro, en pensar que ya iremos descubriendo con el tiempo cuál es nuestra meta, que lo importante es únicamente 'hacer'.
Puedo reconocer parte de verdad en esto último. Ya dije anteriormente que cuando dejé Infojobs, lo hice sin tener un plan absolutamente claro en el que tuviera 'atadas' todas las cuestiones prácticas; pero sí había meditado durante mucho tiempo acerca de mi futuro profesional, y qué aspectos necesitaba modificar. Al final, lo que me empujó a tomar la decisión fue la consciencia sobre mi estado de insatisfacción.
Es decir, sabía que algo no estaba funcionando correctamente, y además tenía una idea razonablemente clara de por dónde debía ir mi futuro profesional. En las siguientes semanas, me tomé el tiempo suficiente para aclarar mis ideas, tras lo cual pasé a la acción.
En definitiva, el movernos y empezar a tomar decisiones, puede ayudarnos a afianzar los objetivos que deseamos alcanzar, pero siempre debería pasar por una etapa previa de reflexión en la que aclaremos cómo estamos y si ese es el futuro profesional que nos gustaría tener.
Hasta mañana.
4 comentarios:
Hola!
Efectivamente, es obligatorio reflexionar antes de decidir.Algo hay que tener claro (puedo no saber lo que quiero pero sí lo que no quiero). Y no olvidar reevaluar cada cierto tiempo, para constatar que no nos salimos del camino.
Interesantísimas todas tus reflexivas entradas.
Un saludo!
Hola Sonia, gracias de nuevo por tu comentario. A mí me resulta muy complicado andar sin luz cuando estoy a oscuras...
Es curioso,si.
A veces actuamos porque vemos claramente que es lo que hay que hacer. Yo no llamaría a esto irreflexión, si no verlo claro.
También es conveniente proyectar lo que queremos hacer.
En ambos casos existe reflexión. Actual irreflexivamente puede ser mantenerse en una situación que no lleva a ninguna parte o hacer algo sin sopesar las consecuencias. ¿Puedes ser?
Hola Paloma. Siempre he sido una persona de acción. Será la 'edad' 8:) o, mejor dicho, la experiencia de lo que veo dentro y fuera de mí, que me hace reorientar mis esfuerzos para que sean lo más productivos posibles.
Ya que el ponerse a andar no suele ser fácil, lo lógico es que cuando finalmente lo hagamos podamos contar las mayores 'garantías' de éxito. Por ello, lo mejor que se puede hacer es dedicar el suficiente tiempo previo para tener claro hacia donde nos dirigimos.
Y sí, también lo llamo (como tú), un período de reflexión completamente necesario. Pero tampoco convertirlo en 'parálisis por análisis' 8:)
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