Ya a nadie se le pasa por alto que el mundo laboral se está transformando a pasos agigantados. La relativa seguridad de nuestros puestos de empleo de hace unos años se está resquebrajando. Existen nuevos tiempos, nuevas formas de encontrar trabajo, que nos obligan a replantearnos lo aprendido hasta ahora.
Porque hasta hace bien poco trabajar para terceros era relativamente cómodo: conocíamos a la perfección nuestro cometido, teníamos un marco de actuación (procedimientos, horarios, ...) y todo ello a cambio de un flujo constante de ingresos. Ahora bien, el contexto económico y laboral no ayuda en los últimos años, y sabemos que en cualquier momento la empresa puede prescindir de nuestros servicios por cualquier motivo y de la noche a la mañana. Y entonces conocemos lo que es realmente estar desempleados. Y es aquí donde, tras la consiguiente búsqueda desesperada de trabajo, nos damos cuenta de que es necesario replantearnos nuestro futuro profesional.
Por lo tanto, y aún a riesgo de simplificarlo excesivamente, tenemos dos alternativas: seguir haciendo lo mismo que hemos hecho hasta ahora, confiando en que no pasará nada, o por otra parte empezar a apostar por nosotros mismos, tratando de adelantarnos a los momentos de necesidad (e incluso urgencia) que pueden ocurrir en cualquier momento.
Por ello, siempre será una buena decisión el buscar un momento para plantearnos qué somos realmente y cuáles son nuestras capacidades, y sobre todo hacer un ejercicio de reflexión para intuir dónde queremos estar dentro de unos años. Este 'parón en el camino' nos puede clarificar muchas cosas y sobre todo puede llegar a ser una muy buena inversión de futuro.
La idea central de esto es la de no dejar para el final todas aquellas cosas que nos ayudarán a reincorporarnos en el mercado laboral cuando tengamos necesidad, generando oportunidades profesionales, pero que por otra parte se trata de acciones cuyo resultado no viene a corto plazo, y donde hay que realizar un trabajo de mucho 'picar'.
Porque trabajar conscientemente en nuestra marca personal no obtiene resultados rápidos, y además se trata de un proyecto a largo plazo. Conocernos bien, marcar un plan de trabajo y empezar a registrar (dejar huella) nuestros contenidos de valor, son acciones que deberíamos empezar ya. Porque nuestro futuro profesional está en juego.
Por otra parte, es bien sabido que la red de contactos es uno de los canales más efectivos para poder encontrar empleo. No obstante, también suele suceder que recurrimos a ella cuando necesitamos algo (¿quizás urgente?), lo cual suele provocar rechazo. Y cuando hablo de contactos, no hablo del número, sino especialmente de la calidad. Preocuparse no de agrandar nuestra red, sino por conocer más profundamente los contactos que ya tenemos, analizando quiénes de ellos pueden sernos de utilidad, y empezar a construir una relación con ellos.
En definitiva, se trata de pasar de ser meros observadores de lo que acontece a nuestro alrededor, esperando que las cosas sucedan, a ser auténticos protagonistas, convirtiéndonos en motores de cambio personal y profesional, y tomando parte activa en nuestro futuro profesional.
Hasta mañana.
2 comentarios:
Hola Miguel Angel:
Cada vez tengo más claro que te has metido en mi cabeza y estás dando forma a mis pensamientos :). Durante bastante tiempo he pensado, como tu, que las relaciones laborales están cambiando a pasos agigantados y que a más de uno nos iba a pillar con el paso cambiado. Y así ha sido.
Creo que la crisis no ha hecho más que intensificar algo que ya empezabamos a ver desde hace tiempo pero que cuando lo decías te tachaban de exagerado.
Desde hace tiempo he creido en las relaciones sociales y en crear tu red de contactos y cada vez tengo más claro que es un carrera de fondo. El que quiera crearse su propia marca y acudir a las redes en busca de una oportunidad, lo más probable es que se encuentre con rechazo porque, entre otras cosas, no estamos acostumbrados a dar. Y una de las claves de la marca personal es ofrecer valor. Creo que no nos hemos enterado todavía de esto y sólo los que sean más activos se llevarán el gato al agua.
Genial. Me ha encantado. Por fin encuentro a alguien con el que comparto ideas.
Isabel
Hola Isabel, buenas noches. Hombre, meterme en tu cabeza supone ser como un 'okupa', ¿no? 8:)
Bueno, puedo comprender esta situación hasta cierto punto. La comodidad es difícil de gestionar, y más todavía de resistirse a ella, especialmente cuando hablamos de tiempos de 'bonanza económica' en la que todo parecía ir bien, y no éramos capaces de anticipar problemas.
En cualquier caso, más vale tarde que nunca.
Un abrazo,
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