Ya tenemos encima las bien merecidas vacaciones estivales, momento en el cual necesitamos una desconexión 'total' que nos permita recargas las pilas. Ahora bien, también es el momento ideal para hacer un repaso de lo que somos, profesionalmente hablando, si lo que estamos haciendo nos hace sentirnos a gusto, y sobre todo si nos conduce a donde queremos. Esto no es tarea fácil ni rápida, por lo que hay que dedicarle tiempo de calidad. Ojo: al final de esta entrada tendrás el audio del post, por si te resulta más cómodo.
Fuente CC: rocio z |
Porque suele ocurrir que hay muy pocas personas que sepan realmente hacia donde quieren dirigir su trayectoria profesional. Y lo digo en serio; es mi sensación basada en lo que veo a diario. Nos limitamos a seguir una dinámica de trabajo más bien condicionada por la supervivencia económica, y es nuestro esfuerzo diario el que nos permite ir evolucionando; sin embargo, no solemos tener una idea clara de hacia donde conducen nuestros pasos, ni si realmente es lo que queremos.
Sin embargo, y a pesar de no tenerlo claro, lo que sí sabemos es si nos encontramos bien o no con nuestra situación actual. De lo que se trata es de hacer consciente dicha sensación y, si se trata de un malestar con respecto a nuestra realidad profesional del momento, originar una reflexión seria acerca de cuál es el camino que deberíamos recorrer.
Aunque el problema es que este malestar puede estar viajando con nosotros a perpetuidad, ya que nunca sacamos el tiempo suficiente como para plantearnos realmente nuestro futuro. Trabajando o no, da la impresión de que nunca disponemos del tiempo suficiente para hacer todas las cosas que pretendemos; el día a día nos obliga a dedicar la mayoría de nuestros esfuerzos a realizar las tareas urgentes y prioritarias que nos imponen los demás, mientras que el resto del tiempo disponible lo pasamos descansando para recuperar fuerzas y empezar el día siguiente con la misma rutina de actividades.
En el verano podemos hacer lo mismo: tratar de desconectar 'totalmente' para recargar nuestras baterías y empezar con las suficientes energías de nuevo, o dedicar un tiempo a reflexionar sobre nuestra situación y si queremos que se mantenga igual en el futuro.
Pienso que existen aspectos esenciales que influyen directamente en nuestro futuro profesional, y que nos obligan (o deberían...) a hacer un parón en el camino, por lo que aprovechar los períodos 'largos' de vacaciones ayudan sin duda alguna. Porque no hay nada mejor como tratar de adelantarse al futuro, tomando las riendas de nuestro desarrollo profesional ahora, no más tarde.
En cualquier caso, ¡felices vacaciones!
Hasta mañana.
8 comentarios:
Buenos días Miguel Ángel. Totalmente de acuerdo. Eso mismo viví yo el pasado verano. Llevaba un tiempo dando vueltas a la idea de que no estaba bien cómo estaba, y necesitaba un cambio. El verano lo utilicé para descansar y desconectar, y en septiembre, ¡eureka! Mi idea tomó forma, y supe que había que cambiar de etapa. Así que mi consejo es: hoy mejor que mañana. ¡No lo dejes!
Como estudiante que soy, ahora me vienen 3 meses por delante de vacaciones. Durante los últimos meses he estado recopilando muchos de tus consejos y de otras fuentes que pienso llevar a cabo durante este verano ya que durante el resto del año estoy tan ocupado que no me había podido poner a ello.
Eso sí, con calma y disfrutando del sol y la cerveza bien fría :)
Tú que cumples con una rutina y disciplina de 'trabajo' con tus entregas 'diarias' deberías de hacer tu "mes de vacaciones" u otras opciones que desees.
La ilusión, la fuerza, el ‘tú’ (tu ‘yo’) te hace ‘echarte a la piscina’ y ser protagonista del cambio, de la modificación que incorporas, tal como tú eliges en tu blog.
Dentro de un tiempo, verás cuando mires atrás, que hiciste…
Saludos.
Hola José, encantado de verte por aquí. Gracias por contarnos tu ejemplo. No hay nada mejor como los momentos 'largos' de desconexión para enfocar las energías en qué queremos, para que las respuestas vayan apareciendo.
Hola Gorka. Las prisas nunca son buenas, se puede plantear nuestro futuro desde la calma, disfrutando de una buena cerveza y compañía! 8:)
Hola Antonio, gracias por tu comentario lleno de positivismo. Ya te adelanto que no tendré vacaciones, por lo menos en cuanto al blog y demás proyectos profesionales que tengo. Hay momentos para descansar y otros para trabajar.
Y sí, de eso se trata, de que llegue un determinado momento que puedas echar la vista atrás y seas capaz de ver todo el contenido que has podido generar!
Yo voy a hablar diciendo en alto lo que el diablo me susurraba a la oreja.
La acción de plantarnos para pensar y actuar en cómo queremos que sea nuestra vida y que debemos hacer para conseguirlo, la tenemos todos los días, y algunos días a cada momento, pero no lo hacemos nunca simplemente por miedo.
Siempre le vamos a e encontrar una excusa que nos sirva de auto perdón (“Sí sé que debía, pero ahora no tengo tiempo, no tengo fuerzas, hoy no es el momento, y por donde empiezo, debería de pensar antes donde quiero llegar”), no puede ser de otra forma nos conocemos bien y necesitamos perdonarnos para soportarnos, pero esas excusas en el fondo no hacen otra cosa que aumentar la culpa por no hacer nada, hasta que llegan a ser una carga tan grande que la única salida es reconocerlo y actuar.
Lo que realmente nos frena es el miedo, miedo al cambio, miedo a un desgaste para no llegar a ningún sitio y miedo al rechazo de nuestro entorno social.
¿Cómo explico yo que renuncio, o me planteo renunciar, a la seguridad de mi trabajo, sólo por aspirar a un trabajo que me haga más feliz?
Pensamos y quizá tengamos razón que a nuestra familia (o a nosotros mismos) lo que le importa es la seguridad de unos ingresos recurrentes, y que no tenemos derecho a arriesgar eso por entrar en algo que no parece que sea tan importante, al fin y al cabo el mundo está lleno de infelices y desgraciados con su vida, y nadie nos va a reprochar nada por seguir siendo uno más. Pero si nos atrevemos a desafiarlo, ¿quién nos va a apoyar? ¿Cómo nos va apoyar quien no lo entiende? ¿De verdad voy a llegar a donde creo que quiero llegar? En general hablamos de buenos puestos (o buena vida) en función a la seguridad, no de la felicidad. Aquí viene eso de las madres deseando tener hijos funcionarios, jueces, notarios o médicos…
Para otro además es el miedo a no llegar a ninguna parte, ¿Para qué voy a intentar hacer nada si no se ni a donde quiero ir?
Yo creo que todos podemos cambiar, pues todos vamos cambiando conforme vamos viviendo, que el momento de plantearse el cambio nos aparecerá tarde o temprano, pero que muchos no van a cambiar nunca, porque aceptan ser y estar, donde están a su manera son felices en esa situación, y el resto desde fuera debemos respetarlo y no deberíamos opinar de lo que no conocemos.
Si el cambio te da miedo o no sabes por donde empezar, ve a pasos, plantéate que te gusta de tu vida actual, ya verás como el resto te sale solo. A lo mejor solo necesitas convencerte que así como estas ahora estas bien, o te convences que no debes demorar tomar ya el control de tu vida.
Yo y perdonarme si personalizo, hace mucho, muchísimos años que elegí la felicidad inestable , muy inestable, manifiestamente inestable, antes que la seguridad o el aburrimiento, mi forma de hacerlo es convertir el proceso de cambio en un fin en sí mismo, llevo tanto años cambiando que soy feliz buscando mi sitio en la vida. Me he arrepentido muchas veces, pero lo olvido rápidamente y aquí estoy viviendo y agradecido con la vida.
Hola Mariano. Tengo la costumbre de hacer comentarios, o de responderlos, intentando siempre agregar algo de valor.
Frente a tu comentario no tengo nada adicional que responder, hoy tú eres el protagonista. Invito a tod@s a leerte.
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