Esta 'estrategia', ampliamente utilizada en Twitter, persigue por lo general engordar artificialmente la cifra de seguidores en interés propio, para lo cual no se duda en seguir masivamente a personas, sin aplicar criterios de afinidad o de conveniencia.
Fuente CC: mtraker |
En mi caso, cuando alguien me sigue en esa red, lo primero que hago es ver quién es y qué ofrece (su 'elevator pitch'), así como si tiene un blog propio. Además, me suelo fijar en el número de seguidores y seguidos que tiene. ¿Por qué?. Porque esto me da muchas pistas:
- Mismo número (o aproximado) de seguidos y seguidores. Me resulta muy raro. Pienso que tratan de obtener cuantos más seguidores mejor, para lo cual siguen a cualquiera que les siga, o siguen a alguien con la única intención de ser seguidos; por tanto, intuyo que no existe un interés real más allá de abultar sus propias cifras.
- Mayor número de seguidores que de seguidos. Puedo estar equivocado, pero la primera sensación puede ser de una cierta calidad, en el sentido de que puede tratarse de una persona con un gran poder de atracción, y que por otra parte sigue a muy pocas personas que le resultan interesantes. Y esto último lo hace probablemente atendiendo a criterios de sentido común, al filtrar el número de personas a las que realmente se puede seguir.
- Menor número de seguidores que de seguidos. En este caso podría tratarse de personas que no consiguen generar demasiado interés hacia su marca personal.
No obstante, estos criterios de arriba no son nunca concluyentes. Se trata de meras percepciones mías mediante las cuales trato de agilizar en la medida de lo posible la decisión sobre si seguir o no a una determinada persona. Mi tiempo desgraciadamente no es ilimitado, por lo que trato de sacar conclusiones lo más rápidamente posible.
Esas actitudes de 'te sigo y me sigues' siempre me han parecido un poco niñerías. Porque detrás de ellas veo comportamientos digamos, extraños. Personas que, al comprobar que su intento no ha funcionado correctamente (no se les devuelve el seguimiento), dejan de seguirte (algunos incluso hasta lo vuelven a intentar al cabo de un tiempo). Otras que, cuando han obtenido el beneplácito de alguien, al cabo de un tiempo prudencial dejan de seguirle, para tratar de que el número de seguidores sea mucho mayor que el de los seguidos, lo cual parece que da un cierto 'caché'.
Pienso que esas personas están más enfocadas en el número de seguidores que en su calidad, por lo que apostaría que ni siquiera miran el perfil de la persona que siguen (o que les sigue), haciéndolo de forma automática y sin dudarlo. No persiguen más que engordar artificialmente el número de seguidores hacia uno mismo, dejando una imagen de la marca un tanto extraña para mi gusto.
Porque, ¿qué podemos pensar de alguien que tiene 20.000 seguidores y el mismo número de seguidos?. ¿En qué cabeza cabe que pueda seguir a tantas personas?. Esto es absolutamente imposible, aunque se lleguen a crear listas para seguir a los más interesantes.
Ojo, no digo que esa estrategia no funcione, simplemente que a día de hoy yo no la veo con buenos ojos; cada uno tiene un objetivo específico (bueno, supongo) y lo trabaja como cree conveniente. Si a alguien le interesa tener un elevado número de seguidores y además cuanto antes mejor, para hacer llegar sus mensajes a un target lo más elevado posible, y además le funciona, pues me parece muy bien.
En la creación de una marca personal, la comunidad (tanto seguidos como seguidores) tiene una importancia vital, puesto que permite generar contenido y difundirlo a un target con intereses afines, además de permitir la interacción con ella, generando vínculos que permiten crear percepciones de valor sobre dicha marca. Como ya vengo diciendo habitualmente, se trata de un proyecto a largo plazo, en el que hay que 'picar' mucho para poder generar resultados a largo plazo.
Es por ello que debería huirse de estrategias que persiguen un retorno a corto plazo, sin considerar las consecuencias a largo plazo que pudieran tener.
Hasta mañana.
6 comentarios:
Estimado Miguel Angel, esto que con tan buen criterio comentas en este artículo, es algo habitual en todas las redes sociales, pues parece que existe una competición o ley no escrita, en la que aquel que más contactos, seguidores, amigos, etc.., tenga, será de manera indiscutible mejor comunicador, o relaciones públicas, o vete tú a saber, ejemplo donde también parece estar ocurriendo este fenómeno de seguimiento incontrolado, es Linkedin, donde parece que si no tienes más de 500 contactos no eres un buen profesional.
Yo creo que las relaciones a través de redes sociales deben tener algo más de control, comenzando por nosotros mismos.
Un saludo.
Hola Alfonso, gracias por tu comentario. Creo que se trata de una de las 'diferencias' entre lo físico y lo virtual.
A veces pienso que 'estar en lo virtual' es como estar borracho, puesto que uno no controla realmente lo que hace y no comprende las posibles consecuencias de sus actos.
Pero nada más lejos de la verdad, lo 'físico' y lo 'virtual' tienen (o deberían tener) comportamientos muy similares, puesto que al final estamos tratando con personas, y ahí el lenguaje es universal.
Gracias por tus artículos son muy útiles e interesantes, Miguel Ángel :-) Me gustaría plantearte una pregunta y saber tu opinión respecto al tema.
Actualmente en twitter tenemos mucho gurú social media nacionales con 20.000 seguidores y el mismo de seguidos.
Qué opinas de esas cuentas? Aportan realmente? He seguido algunos, pero por la cantidad de tuits irrelevantes llenos de anglicismos, menciones y links a infografías en unos días eso se ha traducido en un unfollow fulminante. Finalmente solo te sigo a ti, por tu mensaje claro y sencillo y por poner cada tuit en su lugar. Quizá no tengas 20.000 seguidores pero creo que has sabido crear una pequeña comunidad que agradecemos tu trabajo. Como caso curioso, hay un compañero tuyo de Infojobs que entra dentro de ese grupo (no te pido que lo valores, claro ;-)) y que tuve que dejar de seguir por inundar el TL de tuits automáticos e irrelevantes, a pesar que su blog en esa plataforma está muy interesante.
Un saludo,
:-)
Me gustaría aportar otra visión. En mi caso sigo a casi todo el que me sigue porque pienso que si mis tuits les interesan y, por su lado, su perfil y TL me gusta, me apetece seguirles también (al menos inicialmente). No tengo 20.000 seguidores, así que aún es controlable ;)
Y, ¿qué opinas de estas cuentas con miles de seguidores pero que no siguen a nadie? A mi, me reflejan un nulo interés por comentar con otros, un nulo interés por nada que no sea lo suyo. Y me generan rechazo. Pero me gustaría conocer tu opinión.
Gracias por tus post diarios, los leo con interés.
Hola Soraya, gracias por tu comentario. Si alguien tiene 20.000 seguidores y el mismo número de seguidos, eso significará probablemente que devuelve el seguimiento a cualquiera que le siga. Y que, por tanto, espera que cuando sigue a alguien, éste le devuelva el 'favor'...
Mi opinión. Creo que de alguna manera esto puede reducir hasta cierto punto el nivel de influencia de esta persona, puesto que sus seguidores es bastante probable que lo único que quieran es ser seguidos, y no tener un interés real en la persona a la que siguen.
En cambio, a mí personalmente me resultan muy interesantes aquellas personas a las que les 'siguen' un buen número de personas, pero que por otra parte mantienen una base muy reducida de personas a las que siguen. Esta estrategia me parece muy coherente.
Hola Lola, gracias por tu comentario y bienvenida al blog.
Los que tienen miles de seguidores y en cambio no siguen a nadie (o a muy pocos), en cambio a mí me resultan a priori interesantes. Luego obviamente tendré que ver si su temática y lo que comparten es afín a mis intereses y justifica que yo le pueda seguir.
Pero esa circunstancia no significa que tengan un nulo interés por los demás, simplemente que valoran su tiempo y comprenden que es imposible seguir a miles de personas.
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