Autenticidad y sencillez van a menudo de la mano, especialmente cuando queremos forjar una marca personal que consiga llegar a los demás sin ambigüedades ni posibilidad alguna de interpretaciones varias.
Fuente CC: Daquella manera |
Debo confesar que me siento atraído por el concepto de sencillez. Empresas como Apple o Google son auténticos paradigmas de éxito cuyo mensaje siempre ha estado girando alrededor de lo sencillo. Y por algo será.
En el caso de las marcas personales ocurre lo mismo, siempre me he sentido identificado y por tanto mucho más cerca, de personas que tratan de huir de la complejidad, mostrándose de forma abierta tal como son.
¿A qué me refiero cuando hablo de una marca personal sencilla?:
- Es fácilmente entendible. Huye de mensajes complicados, ambiguos y rimbombantes. Se expresa con el fin de que los demás le comprendan, porque entiende el valor de la comunicación. Es sencillo, por lo que se entiende lo que escribe; sin adornos ni artificios que distraigan de su mensaje.
- Es directo. No se va por las ramas. Llama a las cosas por su nombre.
- Es cercano. Y lo transmite en su forma de expresarse, en el modo que tiene de comunicarse con los demás.
- Dice lo que piensa, expresando sus propias opiniones acerca del tema del que está hablando. Puede estar analizando con cierta profundidad una determinada temática, pero sus seguidores siempre conocerán su visión personal.
- Transmite claramente lo que es y lo que ofrece. En ocasiones me topo con personas donde lo único que veo es que lanzan fuegos artificiales alrededor de ellos, sin expresar de forma clara qué ofrecen a los demás. Se centran más en el continente que en el contenido, por lo que difícilmente logran dar un mensaje de valor sólido y perdurable en el tiempo.
- Es coherente. No lanzan reclamos publicitarios agresivos para luego no ofrecer nada realmente. Es decir, cumplen con las expectativas creadas.
Una persona que trabaje su propia marca personal, su identidad profesional, para posicionarse frente a los demás en una determinada materia, y lograr generar en los demás una percepción de valor, interactua con otras personas afines a sus intereses profesionales. Y para ello, debe atraerles con contenidos atractivos, pero sobre todo, debe transmitir su imagen de una forma concreta y entendible. De no ser así, no logrará enganchar ni, por supuesto, crear ningún tipo de percepción (por lo menos positiva).
Hasta mañana.
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