A raíz de mi anterior entrada '¿Cuánto dinero cuesta desarrollar tu marca personal en Internet?', y especialmente tras la última 'limpieza de primavera' realizada por Google, en la que ha decidido prescindir de su lector de feeds Google Reader, he reflexionado mucho sobre las implicaciones que para el usuario tiene el modelo de 'lo gratis', y que le pueden perjudicar seriamente en caso de no tomar las medidas necesarias con la suficiente antelación.
Fuente CC: Sebastià Giralt |
Y no hablo de aplicaciones 'bonitas' o 'frikis' que nos llaman la atención brevemente, o que usamos para obtener información (que llega a convertirse en una commodity) que proveen otras muchas aplicaciones; lo hago de aquellas que realmente generan un gran valor para la persona, creando 'dependencias' que con el tiempo se van haciendo cada vez mayores.
Porque una aplicación que se regala, busca (y no considerarlo así sería ponernos una venda en los ojos) generar un uso intensivo en cuanta más gente mejor, esperando que sus 'bondades' se extiendan lo máximo posible, corriendo de boca en boca, de tal forma que con el uso continuado de dicha aplicación, se genere una 'necesidad' o 'dependencia'. Una vez logrado esto a la suficiente escala, el fabricante sabe que ya ha llegado el momento de monetizar su inversión, para lo cual empieza a buscar distintos modelos (publicidad, suscripción premium con mayores funcionalidades, donación, ...).
Y en el intento de generar la suficiente masa crítica de usuarios del producto, surge una disyuntiva: si son pequeños y no crecen, no podrán aguantar de forma indefinida, por lo que parece lógico pensar que puedan cerrar tarde o temprano, ya que el flujo de financiación no es perpetuo (pero en cambio necesario para pagar salarios, infraestructuras, desarrollos, ...). Por otra parte, si se tratan de empresas que crecen rápidamente debido al uso intensivo de su producto, lo lógico es pensar que querrán monetizarlo lo antes posible. ¿Y quién lo pagará: el usuario del producto, anunciantes externos, ...?.
Por tanto, tendría en cuenta las siguientes sugerencias para tratar de minimizar riesgos futuros:
- Tratar de diversificar los proveedores. Si tenemos varios productos del mismo (el caso más claro puede ser Google con su innumerable portfolio de productos), ¿qué ocurre si este cierra?.
- Ser conscientes de cuándo llegamos a 'depender' de un determinado producto. Cuanto antes lo sepamos, mejor. Será en ese momento cuando cualquier movimiento del fabricante de la aplicación (cierre, desaparición del producto, paso a pago, ...), probablemente nos haga entrar en modo 'pánico', teniendo que tomar una decisión de forma rápida (pagar, buscar alternativas, ...), y ya sabemos que las prisas nunca son buenas.
- Tener en cuenta si existen otras alternativas en el mercado. No se trata de ir cambiando de aplicación en aplicación cada poco tiempo, eso seguramente no es posible. Simplemente, saber que podemos contar, en caso necesario, con alternativas viables en caso de ocurrir algo inesperado.
- Posibilidad de realizar copias de seguridad de los datos almacenados. El dejar de tener acceso a una aplicación que venimos usando durante años puede ser grave, pero más grave será si llegamos a perder todo nuestro contenido generado. En el caso de mi blog, mantengo un doble backup de las entradas, tanto en Evernote como en la propia plataforma Blogger, y por si acaso empezaré a hacer una copia de respaldo en mi ordenador.
Y sobre todo, la mejor sugerencia que (me) puedo hacer, es que seamos conscientes de que 'lo gratis' en realidad no lo es. Ese modelo entrega algo a coste cero, esperando un beneficio económico que llegará más tarde o más temprano, y probablemente (aunque existen otros modelos), el pago lo realicen los mismos usuarios que lo han venido utilizando durante tiempo (cosa que por otra parte resulta de lo más natural).
¿Se te ocurren otras cosas a tener en cuenta para minimizar el riesgo de 'perder' una aplicación gratuita?.
Hasta mañana.
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