Fuente CC: Fonzie's cousin |
Utilizo LinkedIn de forma bastante intensiva desde hace meses, y en este período he ido trabajando no sólo mi red de contactos (de la que he obtenido algunos contactos realmente buenos con los que estoy forjando una relación profesional muy interesante), sino posicionando mi marca profesional, lo cual hago básicamente a través de los grupos en los que intervengo, simultaneando mi participación en debates que abren colegas de grupo, con los debates que genero yo mismo, para lo cual utilizo el contenido que publico en mi blog.
Porque quizá la característica más importante de LinkedIn, y que la diferencia del resto de las redes, es su foco eminentemente profesional. Nació con ese objetivo, una red colaborativa en la que el foco era el networking profesional, y ese sigue siendo su principal foco. Con un modelo de ingresos robusto y diversificado (suscripciones, publicidad y soluciones de reclutamiento para empresas) que a otros les encantaría tener, rehuye del modelo exclusivamente social y básicamente de ocio que mantienen otras redes.
Y en este enfoque centrado en lo profesional es donde encontramos multitud de posibilidades: encontrar empleo, establecer contactos para generar relaciones de valor, intercambiar conocimiento, dar a conocer nuestros servicios profesionales, localizar candidatos, ... Además, no tenemos la preocupación de separar nuestro perfil personal y profesional al igual que ocurre en otras redes (quizás el ejemplo más notable en este caso sea Facebook).
Y sin embargo, a pesar de todas estas ventajas, veo constantemente que se infrautiliza o, lo que es peor, se usa incorrectamente, bien por desconocimiento, desidia o falta de responsabilidad. En definitiva, por lo general nos estamos equivocando con LinkedIn.
Y lo más interesante de todo ello, tanto si lo usamos correctamente como si no, es que esta red profesional nos retrata como profesionales. Independientemente de cuál sea nuestra actividad en la red (intervenir en un debate, generar contenido, localizar contactos, ...), el primer movimiento automático es el de pinchar en el perfil de la persona, y de un solo vistazo ya le ponemos un 'titular' que nos hace identificarle. Es decir, usamos habitualmente la misma puerta de entrada a la identidad profesional de una persona determinada, y a través de ello ya categorizamos y emitimos un juicio de valor sobre ella (me gusta / no me gusta, me interesa / no me interesa, la sigo / no la sigo, ...).
Es por ello que el modo en que nos posicionemos (perfil, titular, recomendaciones, ...) y la actividad que decidamos tener en esta red, nos marcará como profesionales, en el sentido de resultar interesantes o no para el resto de la comunidad. Y eso a veces puede ser concluyente cuando es un reclutador el que nos observa en la red...
Hasta mañana.
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