En nuestra profesión comercial a menudo es complicado contactar con nuestros clientes, por lo menos cuándo y cómo a nosotros nos gustaría; entendemos que el cliente tiene otras prioridades antes que hablar con nosotros cada vez que lo necesitamos. A pesar de esto, nos esforzamos para mantener el contacto con ellos, y para ello contamos con diferentes vías para transmitirles nuestro mensaje.
Dependiendo de la importancia y/o urgencia de dicho mensaje, podemos contactarles mediante visita, llamada y/o email, usándolos por separado o combinando varios de ellos. Éstas son mis sugerencias resumidas sobre cada uno:
* Visita. Considero que debe ser la vía prioritaria para contactar con clientes y tener una conversación de calidad con ellos, puesto que es la principal forma para fidelizarlos y construir relaciones duraderas con clientes. Los beneficios son innumerables, pero destacaría la información que obtenemos (eso sí, haciendo las preguntas adecuadas), y que mediante la llamada / mail sería imposible de obtener, al menos con la profundidad adecuada.
* Llamada. Si tuviera que establecer un orden de prioridad para contactar con clientes, a la llamada la dejaría en segundo lugar después de la visita. Si me es imposible comunicarle algo a un cliente y no puedo concertar una visita con él, o incluso la urgencia / importancia del mensaje no puede esperar a decírselo personalmente por problemas de agenda, prefiero que al menos haya un contacto aunque sea telefónico. No obstante, existen ciertas situaciones en las que podemos usar el teléfono: para cerrar visitas, para tener un primer acercamiento con un cliente nuevo (llamada fría), para comunicar algo rápido que no justifica una reunión presencial, ...
* Mail. De tanto uso que le damos al mail, ha perdido gran parte de su efectividad para transmitir mensajes importantes y/o urgentes a nuestros clientes, por lo que yo lo utilizaría para usos muy restringidos (envío de información específica, concertar visitas con clientes, ...). La idea que transmito siempre a mi equipo comercial es que nunca deberían enviar una propuesta económica por correo electrónico, salvo excepciones en las que no queda más remedio.
En cualquier caso, los mails deben invitar a la acción, no ser únicamente mails pasivos (p.e. proporcionar nuestros datos de contacto al cliente y pedirle que si desea algo se ponga en contacto con nosotros; esto no debe hacerse jamás). Asimismo deben ser concretos y decirle claramente al cliente cuál es el mensaje, yendo al grano.
Reflexión:
* ¿Cuál es el medio usado preferentemente en tu equipo para comunicaros con vuestros clientes?
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