¿Alguien piensa que en época de crisis, es posible no esforzarse para conseguir resultados?. En años de bonanza económica, los resultados vienen, mientras que en período de crisis, los resultados hay que buscarlos, y eso exige tiempo, dedicación, esfuerzo, y por supuesto hacer las cosas mejor que nuestra competencia.
Acabo de pasar unos días en la zona de la Ribera del Duero, y mientras hacíamos una ruta especialmente dura en bicicleta, se me ocurrió pensar en el esfuerzo que estaba haciendo para poder llegar hasta el final.
La vida supone un continuo esfuerzo, nos esforzamos para caer bien, para ser promocionados en nuestro trabajo, para ser felices, para conseguir las cosas que queremos... y para ello, tenemos que hacer cosas constantemente, muchas de las cuales no nos apetece hacerlas. Precisamente eso es lo que para mí es el esfuerzo, hacer las cosas que no nos gustan; probablemente son éstas las que nos harán mejores personas y mejores profesionales, puesto que nos obligan a salirnos de nuestro 'área de confort'.
Por supuesto que el mantenernos en esta área es también una posible elección nuestra, aunque considero que esto no nos permitirá evolucionar ni crecer de la misma forma.
Y pienso también cómo ha evolucionado el esfuerzo a lo largo del tiempo; hace siglos (quizá no tantos...), el ser humano tenía que realizar un enorme esfuerzo físico para satisfacer sus necesidades básicas (comer), trabajando de sol a sol, es decir, su principal herramienta de trabajo era su propio cuerpo; ahora las cosas son bien distintas; en nuestras sociedades desarrolladas, esas necesidades básicas las tenemos satisfechas sin realizar ese duro esfuerzo físico. Ahora, y centrándome en los equipos comerciales (que me estoy yendo por las ramas), el tipo de esfuerzo a desarrollar es bien distinto; es un esfuerzo más bien 'mental', quiero decir, el comercial lucha contra su propia mente, que le envia constantemente mensajes del tipo: "para", "abandona", "no puedo más", "el mercado está muy mal", "la competencia ofrece servicios mejores y más baratos que los míos", ...
Y es precisamente contra estos mensajes de la mente, donde el comercial debe esforzarse especialmente; aquí, el no caer en el desánimo y en la dejadez, se convierten en una cuestión de pura supervivencia.
Y ese esfuerzo debe convertirse en 'acción'; es el principal mecanismo que, aunque no garantiza resultados, sí aumenta de forma importante las posibilidades de alcanzarlos.
Y como dije ya en alguna entrada anterior, (ver "Cómo detectar oportunidades de negocio" y "Plan de negocio para mejorar resultados de venta") no creo en el esfuerzo 'alocado', sin ningún propósito u objetivo en mente; no es una cuestión de cantidad, sino de calidad. En cambio, sí creo en el 'esfuerzo inteligente', es decir, aquel que partiendo de un análisis previo (¿cuáles son nuestros objetivos?, ¿qué quiero conseguir a corto / medio / largo plazo?, ...), permite generar acciones específicas y controladas; es decir, acciones que nos permiten actuar donde, cómo y cuándo nosotros queremos, maximizando las posibilidades de conseguir nuestros objetivos.
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